El artículo mantiene la tesis de que, a partir de 1989 se inicia una nueva fase en el proceso salvadoreño. La acumulación de hechos pasados, especialmente los de 1988, abren paso a una nueva fase, cualitativamente distinta, en la que la paz está más cerca que nunca, aunque todavía está lejos. El enfrentamiento violento y militarista del proyecto revolucionario y del proyecto contrarrevolucionario, que define el proceso en los setenta y en los ochenta, propende a ir cambiando mediante la reformulación moderadora de los proyectos y la posibilidad real de un modo distinto de enfrentamiento, en el que entran de lleno las elecciones y la negociación. Esta nueva fase se muestra en distintos agentes y procesos, examinados en el artículo, especialmente en la nueva posición del FMLN y, en menor medida, de ARENA. Como conclusión se proponen algunas medidas para entrar de lleno en esta nueva fase decisiva para el proceso salvadoreño y también para el centroamericano, con el cual se relaciona.
