El autor describe y analiza las tendencias de la clase dominante al interior del Estado, de 1948 al presente, y las formas de ejercicio del poder económico y político. Estudia la posición de las clases subordinadas y dominadas en sus respuestas al modelo de acumulación y a las instancias políticas a las que han apelado para convertirse en sujetos históricos del proceso social del país. El papel del ejército, las universidades, la iglesia, los partidos políticos forma parte del trabajo que tipifica la crisis de hegemonía del sector dominante y la crisis política y de legitimidad del bloque en el poder. La polarización de fuerzas sociales actuales y sus perspectivas de alianza a mediano plazo constituye un interesante punto de discusión de la problemática nacional salvadoreña.
