Este ensayo trata de delinear cómo deberá organizarse la economía salvadoreña en los próximos años para hacer posible una democracia liberal estable y permanente. No se trata aquí de la transición al socialismo, sino únicamente de la transición a un régimen estable. En esta parte se desarrollan tres exigencias fundamentales: la distribución del poder económico, la introducción de la planificación económica, y la orientación del bien de las mayorías de la política económica a corto y mediano plazo. Se deja para un segundo ensayo: la participación de las mayorías en la toma de decisiones económicas y los ajustes en el ámbito internacional.