El autor presenta en tres grandes momentos lo que el Concilio ha significado para la Iglesia: Primero las llamadas fundamentales del Espíritu que guiaron la reforma eclesial, en un segundo momento como la iglesia ha recepcionado y vivido estas llamadas, y tercero como las enseñanzas del magisterio pontificio actual tocan de nuevo la renovación conciliar pero con la frescura, originalidad y alegría del evangelio expresado en la vivencia misionera y comprometida de la iglesia en pro de la evangelización y particularmente la opción preferencial por lo pobres.