El capítulo VIII de Amoris laetitia trata acerca de situaciones que requieren un atamiento pastoral especial. Ofrece guías para una actitud más inclusiva hacia personas que han entrado en una nueva unión existiendo un matrimonio canónico válido. Algunos pasajes en este pasaje han generado controversia. Algunos han visto aquí la aceptación de lo que se ha llamado “la propuesta Kasper”. Algunos también han visto aquí la aceptación de una teología moral en la que hay excepciones a las normas negativas absolutas de la ley natural –como, por ejemplo, la prohibición del adulterio. Se argumenta aquí que ni la propuesta Kasper, ni una visión laxa de los mandamientos de la ley de Dios pueden ser derivados de Amoris laetitia, si es que este texto es interpretado correctamente.