El artículo da cuenta, por una parte de la evolución en la reflexión teológica y pastoral que ha tenido la Iglesia en torno a la centralidad de las Sagradas Escrituras en su acción evangelizadora; por otra ofrece pautas de como la palabra de Dios, concretamente los Evangelios y la Obra Paulina puede crear un itinerario de formación de iniciación a la vida cristiana. Finaliza el texto con tres invitaciones: Escuchar, animar, inspirar. La Palabra requiere ante todo de la escucha, así se constituye la relación sólida que provoca un cambio estructural en las personas y en las sociedades. La Sagrada Escritura es animadora de la vida cristiana e inspiradora de nuevos horizontes enraizados en la dinámica existencial de la persona creyente y de la vida de la Iglesia.