Los años han pasado, pero el asesinato de los sacerdotes jesuitas sigue siendo un doloroso recuerdo, sobre todo si se considera que la equivocada axiología de los que avalaron, ordenaron y cometieron el crimen continúa orientando el rumbo del país. Tojeira propone a la verdad, a la justicia y al perdón como los valores fundamentales sobre los que construir una nueva sociedad, más cristiana y más solidaria.