Este artículo intenta fundamentar, en el nivel de la praxis, la dificultad filosófica de la ética del discurso, desde la perspectiva de la pobreza, y la ética de la liberación que expone los derechos de los excluidos y empobrecidos en la comunidad real de comunicación. Asimismo plantea la interrelación entre ambas y la necesidad de crear lo que el padre Ellacuría llamaba "civilización de la pobreza", para alcanzar una plano existencial más justo.