Las olas migratorias de salvadoreños que llegaron a los Estados Unidos aumentaron considerablemente durante los años ochenta a consecuencia del recrudecimiento de la guerra civil en El Salvador. Muchos de estos salvadoreños se establecieron en Los Ángeles y generaron un movimiento de solidaridad que les permitió darle sentido a su trabajo a partir de un discurso de liberación que tenía como fundamento el imaginario de la nación. Sin embargo, a partir del final de la guerra civil, y como consecuencia del aumento de la población de salvadoreños inmigrantes en la ciudad de Los Ángeles, poco a poco se ha hecho imprescindible la reelaboración de la identidad de los salvadoreños y de su idea de nación. Hay dos diferencias fundamentales entre el movimiento de solidaridad en Los Ángeles de los años ochenta y las actuales organizaciones de inmigrantes salvadoreños en esta ciudad. Por un lado, tener fuera de El Salvador a más de un cuarto de la población, necesariamente ha desterritorializado el concepto de nación para este país, lo cual ha puesto en tela de juicio la formulación que se manejaba en los años ochenta. Por otro lado, la firma de la paz generó nuevas dinámicas culturales y organizativas entre la población de inmigrantes, lo cual propició un cambio en la forma como se piensa la identidad del inmigrante: ésta ya no únicamente se define en términos de su relación con la nación (El Salvador), sino también en términos de la región (Centroamérica) y en términos del espacio local, o el municipio de origen.
