La muerte del autor de El capital no pudo pasar desapercibida a los ojos de José Martí, quien dio cuenta de los grandes sucesos de su tiempo, tanto desde la mirada del cronista como desde la del pensador. En su texto periodístico “Karl Marx ha muerto”, publicado en el periódico bonaerense La Nación, los días 13 y 16 de mayo de 1883, da cuenta de la ceremonia luctuosa que tuvo lugar en Nueva York por parte de miembros de la I Internacional. Este breve pero elocuente texto, pues aúna la agilidad de la crónica con apreciaciones sumamente agudas sobre el pensador alemán, ha sido interpretado maliciosamente como una muestra del repudio de Martí a las ideas socialistas. Se puede llegar a esta conclusión tomando aisladamente ciertas afirmaciones que hace el poeta cubano en el texto, las cuales conviene matizar con las posiciones que toma Martí acerca del problema de la liberación de nuestros pueblos. Un Martí descontextualizado puede pasar perfectamente por un “liberal” potable para los intereses capitalistas y hasta por un rabioso anticomunista, o cuando menos, un moralista inofensivo para estos intereses.
