La reconciliación interpersonal ha pasado a ser un concepto de gran importancia en la actualidad. Incluso la clase política ha comenzado a reconocer que la capacidad de conciliar las diferencias políticas, culturales y sociales es esencial para crear una sociedad que sea realmente justa y solidaria. Tal y como Evo Morales, actual presidente de Bolivia, lamentó recientemente, lo que se precisa más que nunca en política hoy en día es el respeto mutuo entre la gente, y entre la gente y el gobierno, para conseguir eliminar diferencias, olvidar rencillas y luchar por un futuro común mejor para todos y todas. Lo que intenta explicar Morales es que los días de la dominación colonial y política ya no existen, y que en los tiempos que corren las personas y los gobiernos han de respetarse mutuamente, pues no pueden ser más que considerados como iguales: ni unos grupos sociales tienen poder sobre los demás, ni el gobierno tiene poder sobre las personas. Toda relación social y política ha de basarse en el diálogo, entendido como un proceso de respeto mutuo que se establece gradualmente. A través de la escucha, la tolerancia y la confianza mutuas, se genera una solidaridad social que no toma partido por un grupo u otro, sino que se basa en las decisiones que todos los grupos han tomado en un proceso dialógico de consenso.