Hacia 1894, el Diario de Centroamérica, en su artículo “El movimiento literario en Centro-américa”, se refería en términos auspiciosos a la actividad intelectual que se apreciaba en el istmo: De algún tiempo á esta parte, de seis años á la fecha, se nota que nuevas y vigorosas corrientes de vida fecundan el campo de las letras en Centro-América. Revistas literarias, libros en prosa ó en verso, Academias, veladas lírico-literarias, son la elocuente manifestación de esa vida. Nuevos ideales impulsan á una juventud entusiasta y brillante. Comienza á ser visto el cultivo de las letras, ya no como antaño, á manera de agradable pasatiempo, sino como labor sagrada desde la que se divisan los umbrales de la gloria.