En cada período preelectoral o electoral que transcurre en El Salvador, la información que publican los dos matutinos más importantes del país se convierte de manera progresiva en una extensión de la propaganda partidaria oficial y en un discurso que parece desaprobar la alternancia política. Esta situación conduce a preguntarse qué tipo de referentes pretenden crear los rotativos en los públicos sobre el fenómeno electoral, sobre la imagen institucional política y sobre la manera más adecuada de tomar una decisión. En este contexto, los protagonistas de la información que se publica son Arena y el FMLN. El resto de los partidos parece ser menos importante para la prensa a medida que pasan los años, como si el objetivo fuera centrarse en la polarización partidaria y no en la oferta política. ¿cuál es el reto comunicacional desde esta perspectiva? Se supone que todo medio de difusión que se jacte de ser moderno e independiente debe romper con nociones poco analíticas y descontextualizadas de la realidad. Sin embargo, cualquier persona que hojee los matutinos podrá percibir que una cobertura con tintes propagandísticos -unos más oscuros que otros-es lo que predomina. Se supone también que todo medio informativo moderno trata de acabar con los rumores y se centra en los hechos para buscar explicaciones que nos hagan trascender como sociedad. El problema es que, muchas veces, entre más avanzada una sociedad pregona que está, más testimonios vemos de su poca tolerancia al disenso, y eso se puede percibir en la mayor parte del material informativo disponible.
