Las recomendaciones de la Comisión de la Verdad suponían una oportunidad para superar la debilidad del Estado en materia de proteger a la población procurándole seguridad y justicia, y, de este modo, superar los grandes obstáculos que propician la impunidad. El incumplimiento —total en muchos casos y parcial en otros— de estas recomendaciones impactó en algunas variables de la violencia que vive la sociedad en la actualidad.