En septiembre de 2005, la señora Ayaan Hirsi Ali, política holandesa de ascendencia somalí, fue invitada por el consejo directivo de la Universidad de Amsterdam a pronunciar un discurso con ocasión de la inauguración del año académico. En su discurso, Hirsi Ali sostuvo que la religión islámica no permite curiosidad alguna y que por tanto es incompatible con la ciencia. Pidió a los estudiantes de la universidad que hicieran investigación sobre el modo en que la cultura y la religión islámicas desempeñan un papel muy importante en el atraso del mundo islámico, y acusó al personal de la Universidad de Amsterdam de ser “políticamente correctos” por evitar esta cuestión. A raíz de este discurso, en un debate recogido en el semanario de la Universidad, quienes protestaban contra la actitud de la universidad al invitar a Hirsi Ali y quienes criticaban el discurso de ésta se vieron denunciados como “viles”, “peligrosamente indecentes” e “inmorales”.