En este artículo, un tanto informal, me gustaría recordar algunas de mis experiencias y pensamientos fundamentales como mujer budista norteamericana y profesional de la enseñanza. En primer lugar, ¿cómo llegué a hacerme budista? ¿Qué significaba hace treinta años ser budista y feminista? ¿Por qué pienso que los budistas tienen aún que hacerse feministas? ¿Qué es lo más importante que me ha ocurrido como budista? También me gustaría reflexionar sobre lo que siempre he considerado que es el tema más importante para las mujeres budistas, a saber, la presencia de maestros que sean mujeres.