En América Latina y el Caribe las actividades del pueblo en torno a María son pilares de catolicidad, y constituyen el polivalente y más potente símbolo cultural. Una de sus grandes vetas es el “marianismo”, que exalta lo femenino y maternal, pero lo subordina al factor masculino. En contextos modernos, lo mariano contribuye a revisualizar a Dios, y a reconfigurar modos de ser cristiano y contactos con lo sagrado que nos humanizan.