La historia de los últimos cincuenta años estuvo marcada por la Guerra Fría y el proceso de globalización unido a la orientación económica neoliberal, la transformación cultural que implicó el desarrollo de la aldea global y un aumento sin precedentes de la movilidad humana de manera masiva. Todo esto ha impactado la vida religiosa y en particular el catolicismo. Miami es un lugar privilegiado, un verdadero laboratorio sociocultural, para observar estas transformaciones históricas en las que sobresale el impacto del proceso migratorio.