La cuestión indígena en Brasil no es un asunto de casos aislados que pueden encontrar soluciones políticas según el gobierno de turno. Se trata de una causa étnico-racial global de alteridad que, a partir de una crítica fundamental de la razón colonial persistente, exige transformaciones políticas profundas. En contraste con esa razón colonial, la racionalidad del buen vivir de todos apuesta por una ruptura con el sistema económico actual, dependiente de un crecimiento continuo en un planeta geográficamente limitado. Con la mirada puesta en la necesidad de esta ruptura como exigencia para la supervivencia de la humanidad, la Iglesia católica celebrará, en octubre de 2019, un Sínodo para la Amazonia con el tema «Nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral». Además de prometer salir, proféticamente, a la plaza pública para combatir «el sistema económico que mata», el sínodo quiere abrir «nuevos caminos » para una conversión pastoral y, buscando su «rostro amazónico », poner la primera piedra de una Iglesia poscolonial.