Nuestro artículo se pregunta: ¿A favor de quien hacemos teología? Si nuestro quehacer teológico debe servir a la llegada del reino de Dios y si el pueblo oprimido tiene un lugar privilegiado en el pueblo de Dios, entonces los teólogos deben reflexionar de nuevo sobre quiénes son los más explotados y desplazados entre los seres humanos, y tiene que prestar atención al profético giro del sujeto propuesto por M. Shawn Copeland.