San Francisco de Asís es patrón de los ecologistas y protector de los animales por razones rigurosamente evangélicas. Despojado de sentimientos románticos, la condición que le posibilito una relación fraternal con los animales y con todas las criaturas no fue la obediencia jerárquica del paraíso recuperado, según sus biógrafos, sino una expropiación radical y la disponibilidad a una fraternidad sin jerarquías, según sus propios escritos.