Durante el embarazo, la reacción frente a determinados olores y sabores puede cambiar. Ello no sucede solo en los humanos. Investigadores del Instituto de Neurobiología Max Planck, en Martinsried, han descubierto en la mosca Drosophila melanogaster un mecanismo mediante el cual la fecundación influye en las células sensoriales, de modo que repercute sobre la percepción del insecto de importantes sustancias nutritivas.