Es una pregunta repetida, generación tras generación: ¿qué capacidad tiene el arte para transformar a la sociedad? Desde una perspectiva cercana a las políticas culturales, la autora del artículo explora la posibilidad de una práctica artística que sea transformadora. El cambio tiene que producirse a través de las economías y relaciones de producción, distribución y recepción que produce, más que por las temáticas o géneros que cultive.