Mejorar el acceso a una educación de calidad para jóvenes y adultos de comunidades étnicas abrirá la puerta a las oportunidades en la áreas rurales del país, a la vez que se desincentivará la violencia. Al menos la mitad de los jóvenes de las áreas rurales de Colombia no llegan a superar el quinto grado de primaria. Cuando alcanzan los 16 años, casi el 75% está fuera del sistema educativo; 20% nunca ha ido a la escuela. Esto significa que jóvenes de 13, 14 o 15 años están abocados a un futuro con escasas o nulas oportunidades, lo que los hace más vulnerables al reclutamiento por parte de grupos armados o los lleva a trabajar en la economía ilegal de las drogas. El alfabetismo de la población adulta, en estas zonas, es muy alto.