Si a uno de nuestros padres en la fe de la época antigua se le hubiese preguntado a quemarropa: "Dónde está Dios Padre?", habría respondido: "En el cielo". A la misma pregunta respecto del Hijo, habría dicho: "El Hijo se ha encarnado, ha vivido entre nosotros en la tierra y, después de su resurrección, está sentado a la derecha del Padre"...