La desigualdad y la exclusión caracterizan la vida de los pueblos del sur del planeta y aumenta también en los del norte. El mundo unipolar, posterior a la guerra fría, está cada vez más dirigida por el capitalismo explorador y el libre mercado que provocan el empobrecimiento material y el desplazamiento de millones de personas, con graves consecuencias sociales y medio ambientales. Lampedusa es un símbolo y una instantánea de la división del mundo y de sus víctimas, y, ciertamente, de una "vergüenza moral y política". Una verdadera teología tiene que interrogarse por su propia función ante las urgencias del tiempo presente...