El principio de la década de los noventa del siglo pasado supuso para el pueblo cubano una prueba decisiva de supervivencia. Se conoce como Periodo Especial (1990-1995). Con la desaparición del mundo socialista y el recrudecimiento del embargo estadunidense, las instituciones religiosas cubanas retomaron con fuerza su dimensión social y caritativa, sustituyendo al estado en la tarea de suministrar comida y otros bienes básicos. En esos años se fundó Cáritas-Cuba. En su desaparición, al acudir en masa a las iglesias, la población activo la forma pública su capital simbólico tradicional, y resurgieron devociones como las de san Lázaro, santa Bárbara y san Judas Tadeo. Las intensas peregrinaciones a los santuarios colocaron en el epicentro de las manifestaciones populares a uno de los núcleos de la cubanidad: la "Virgen de la Caridad del Cobre.