Alianza y promesa evocan dos experiencias humanas fundamentales que se refieren a una manera particular de concebir la relación a otra persona y a una manera particular de situarse frente al futuro. Se trata de dos conceptos que no pertenecen al lenguaje habitual de la economía. En efecto, la economía habla en general de competencia más que de alianza, y de previsión más que de promesa.