En los años setenta abominaba de la maternidad. “Convertirse en ama de casa es un destino peor que la muerte”, llegó a escribir, para más adelante reivindicar una manera alternativa de ser madre, y que el trabajo de la crianza fuera considerado una prioridad en la organización de la sociedad. Clara y contundente en la exposición de sus ideas, esta pensadora y activista italoestadounidense de 75 años, considerada un referente intelectual del feminismo, irradia fortaleza y vitalidad: Profesora emérita de la Universidad Hofstra de Nueva York, pone en valor la dimensión comunitaria de la educación y pide que los docentes se interesen por conocer el entorno familiar y social del alumnado.