En ocasiones, la omisión de información por parte de las editoriales traslada la responsabilidad de la selección de contenidos a los docentes. Es el caso de la ausencia de mujeres científicas en los libros de texto. Corresponde al profesorado darles el protagonismo que merecen y acercar sus logros a nuestro alumnado, para compensar un sesgo que no sabemos cuándo desaparecerá.