Enseñar a nuestros estudiantes a canalizar su energía emocional repercutirá positivamente en su bienestar personal, en sus relaciones y también en su rendimiento académico. Esta experiencia muestra cómo trabajar estos aspectos desde el enfoque de la ecología emocional, teniendo en cuenta la huella que deja en el ecosistema humano nuestra manera de sentir y actuar.