ecientemente ha aumentado de manera especial la atención al quehacer del docente por parte de los gobiernos y en general de la sociedad. Esto se debe sobre todo a la reciente evidencia empírica que muestra que el factor más importante para el aprendizaje de los niños en la escuela es el maestro (Barber y Mourshed, 2008). En las últimas dos décadas ha sido creciente el número de estudios que muestran la importancia que tienen los maestros en el desarrollo de los países gracias a su labor en el aula. Los países con mayor desarrollo tecnológico y económico deben, en gran medida, su éxito a que los maestros han logrado incorporar en sus estudiantes mayores habilidades o capital humano (Barber y Mourshed, 2008; Banco Mundial, 2013).