El cíclico debate sobre los deberes oculta tres crisis educativas: la de la infancia víctima de la saturación de los tiempos laborales adultos; la que tiene que ver con el alejamiento escolar de las familias; la producida por el desfase entre la escuela actual y la que necesita la infancia y la adolescencia de la sociedad de la información. Los deberes tienen que ver con una escuela desfasada y representan un conflicto familiar porque los padres y madres y el profesorado no comparten educación y aprendizaje.