La Institución Libre de Enseñanza atribuyó a la formación estética una notable relevancia y presencia, así lo reflejan el ideario de su fundador, Giner de los Ríos, y las reflexiones posteriores de su discípulo Cossío. El cuidado de la naturaleza, el excursionismo, la educación física, los trabajos manuales o la enseñanza artística y musical, potenciados en el seno de la institución, posibilitaron el desarrollo de prácticas ligadas a la educación ética y estética que impregnaron todas las dimensiones pedagógicas cultivadas en la institución.