Por medio del juego y la dramatización con títeres, los más pequeños se olvidan de su timidez, dicen cosas que de otro modo serían incapaces de decir y afianzan su modo de expresarse de forma agradable y motivadora. El proceso de creación plástico y teatral que se relata en el artículo propicia el desarrollo de hábitos y pautas que luego harán extensibles a otros contextos y situaciones. De ahí su importancia.