Este es el nombre con el que Ingrid y Andrés han bautizado su sueño: realizar un viaje colaborativo y flexible por el continente sudamericano durante un año, acompañados por sus hijas Nora, Cloe y Elsa. Su objetivo es desarrollar un proyecto educativo propio en multitud de escuelas, promoviendo el juego, la autonomía, el intercambio cultural y el deporte entre los jóvenes. Desde la diversidad y sin verdades absolutas, aspiran a servir de reflexión sobre la educación.