El discurso de los medios de comunicación de masas, de las redes sociales y de la publicidad es mucho más poderoso, y contradictorio, que los discursos deontológicos pregonados en las aulas, a menudo artificiosos. Abordar de forma crítica los discursos oficiales sobre la ética y la moral es un paso fundamental hacia la formación en valores más allá del discurso del deber.