Para acompañar a los nómades es preciso acompasarse a sus métricas; ellas diseñan caminos imprevistos, a cuya vera se encuentran aquellos y aquellas que repiten, interminablemente, la retórica del tropezar. Son quienes nos convocan como psicoterapeutas esperando que nos ocupemos de sus conflictos a partir de un saber que sin duda nos sostiene. Quienes somos psicoanalistas o/y psicoterapeutas intentamos acompañarlos guardando en la memoria nuestros propios tropiezos crónicos y revisando nuestras convicciones y nuestras técnicas, las cuales cada día más, dependen de la escucha y del estrecho hablar. Acerca de la escucha, sin particularizar en la escucha psicoanalítica, así lo escribe Baccarini:1 La lógica predicativa quizá estuvo poco atenta a la escucha, que, en cambio, es esencial para (o en) un pensamiento nómade. ¿Por qué esencial para quienes recorren los silenciosos territorios desérticos?