La teoria ejecutiva de la inteligencia resulta muy útil para enfrentarse a problemas y patologías del aprendizaje. En ellas se asigna un importante papel a la autorregulación, un mecanismo de control consiente que puede aprenderse. Mejorar las funciones ejecutivas es esencial para el desarrollo de la inteligencia humana, y para la adaptación académica, social y vital de los alumnos.