La obra ferreriana contiene antecedentes claros de los procesos de construcción del conocimiento que, décadas después, defendieron corrientes como el constructivismo de Piaget, la concientización de Paulo Freire o la investigación sobre lectoescritura de Ana Teberovsky. Las ideas de Ferrer i Guàrdia siguen dando frutos, pero estamos lejos aún de vencer en la lucha contra el conformismo o el autoritarismo en la escuela.