La humanidad se encuentra inmersa en una ola de violencia, de la cual no están exentas las escuelas, ni las que son formadoras de docentes. Pues en ellas está presente el acoso, no solo entre alumnos, sino de profesores en contra de estos o viceversa. Situación que resulta lamentable, pues el docente como actor de cambio debe ser ejemplo a seguir, y desde su formación inicial, debería adquirir i consolidar las competencias necesarias para erradicar el acoso escolar de la instituciones y no ser parte de él en ningún momento.