Simón Bolívar soñó con el concepto de una educación ciudadana instituida como cuarto poder público en la inauguración del congreso de Angostura (15 de febrero 1819). En ese sentid, dos modelos se han contrapuesto desde el surgimiento de las repúblicas en América Latina: el libertario y democrático de Simón Rodrígez, y el tradicionalista y diseñado para la obediencia, propio de los catecismos, del sistema repetitivo de enseñanza y de las urbanidades señoriales.