El profesorado vive su trabajo bajo presión. Algunos tratan de encontrar salidas a la desafección de los jóvenes y a su propio desaliento mientras reclaman apoyar y confianza. Los autores del artículo arrojan luz sobre las opiniones de los docentes para que expongan sus dudas, se interroguen acerca de su tarea y desplieguen la imaginación pedagógica. Junto a los jóvenes pueden pensar y hacer posible otra Educación Secundaria.