En lugar de enseñar a resolver cuestiones que los docentes llevan al aula, el design thinking, o pensamiento de diseño, propone que sean los alumnos y las alumnas quienes detecten problemas que merece la pena abordar y solucionar. Se trata de acercarles a un tema desde distintas perspectivas y con distintos recursos para estimular su curiosidad y animarles a plantearse preguntas que derivan en líneas de investigación creativa.