Paul Ricoeur ha sido aclamado como un filósofo "generoso", quizá por estilo de esmeradamente servicial de hacer filosofía, enfrentando teorías contrapuestas entre sí en espacios fecundos y dialécticos, al tiempo que intenta sacar a la luz sus contribuciones positivas y construir un base común entre ellas. En este artículo indagamos en ciertos límites de la generosidad de Ricoeur, centrándonos en cómo concibe la relación entre filosofía y neurociencia, resaltando sus inquietudes y preocupaciones sobre el efecto potencial de reificación de la última sobre los problemas de la libertad y de la ética, y sosteniendo, al mismo tiempo, que varios aspectos clave de su sistema filosófico son en realidad altamente compatibles en la actual investigación "neurofilosófica".