En contraste con el carácter racional de la educación señala Woods (1998:43) que¿ la enseñanza tiene un corazón emotivo que Hargreaves (19994, c) traduce como el anhelo que tienen los profesores para alcanzar los propósitos educativos en sus estudiantes y la satisfacción por el trabajo desarrollado, desde el punto de vista humano, con lo cual se reconoce que ellos y las relaciones interpersonales son transcendentales dentro del proceso educativo, es decir, se considera vital al respecto y la preocupación por el desarrollo de la vida total de los alumnos, aspectos que según Collin y Wood (1966) exige que¿ los docentes deben sentir lo que dicen, y manifestar con claridad sus emociones, potenciando así que los estudiantes accionen igual y descubran las suyas propias (op. Cit. Woods, 1998:44).
