Hacer referencia a la región Amazónica, pensar en la selva virgen que se ha instaurado en nuestro imaginario colectivo y en las imágenes deslumbrantes con la que relacionamos la región, hace imaginar un verde exuberante que dibuja tupidos bosques repletos de vida, tal como los describieron Alfredo Molano o Wade Davis en sus atrapantes novelas. Guarida de bestias salvajes y hasta prehistóricas, en donde escasos vestigios de humanidad se abren como claros dentro de una extensa matriz de verdes y ríos.