Suscitándose con frecuencia en los círculos intelectuales la controversia sobre la existencia de una cultura cristiana y por ende una filosofía cristiana propiamente dicha, no han faltado algunos elementos católicos que niegan estos postulados. Dada la importancia del tema y su trascendencia actual en vista de la constante pugna de elementos liberales e izquierdistas que en muchos países han logrado influenciar a ciertos sectores católicos me ha parecido referirme a esta cuestión.