En este artículo se hace un examen del impacto de los terremotos de enero y febrero pasados sobre el sector vivienda, con el propósito de evaluar la respuesta gubernamental ante la crisis habitacional, suscitada a consecuencia de ambos sismos. La tesis que se propone en el artículo es que el gobierno de Francisco Flores ha fallado en su respuesta a las necesidades habitacionales de las víctimas de los terremotos y que esos fallos son mucho más graves y cuestionables porque no sólo condenan a quienes perdieron su hogar a vivir en condiciones de mayor pobreza, sino que contribuyen a la persistencia de dinámicas de construcción de viviendas y de expansión urbana brutalmente desiguales, irracionales y depredadoras de los recursos naturales.